ampharou

viernes, junio 03, 2005

Ser padre.

Mi adolescencia es un periodo oscuro en mi vida. Yo contra el mundo y todos contra mí. Casi no recuerdo nada de ella, sólo algunas malas situaciones. Es increíble que pueda revivir momentos de mi infancia y no sea capaz de traer imágenes de cuando era adolescente. Creo que ahí comenzó mi infortunio. Creo que en ese momento empecé a estar presente en el mundo, aunque no consiga recordarlo. Hasta entonces debí ser más un querubín en el limbo que otra cosa. Por eso sonrío para mis adentros cuando oigo a alguien decir que está preparado para ser padre. ¿Se sabe realmente lo que se viene encima al tomar esa decisión? En mi caso, ser madre es un todo de cariño y un mucho de intuición, pero, si no pude entender mi propia adolescencia, ¿cómo voy a poder ayudar a mi hija? Que conste que ser su madre es lo mejor que me ha podido suceder, pero hay cosas que me superan. Y esas cosas se van sucediendo cada vez con más rapidez, con la conciencia, además, de que lo peor está aún por llegar. Espero que logremos salir victoriosas las dos de la experiencia. Como decía aquél, sólo hay una cosa peor que la edad del pavo: la edad del pavo de tus hijos.

pensado por ana at 12:33 a. m.

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