ampharou

jueves, agosto 11, 2005

La casa por la ventana.

Toda la cafetería estaba pendiente de lo que sucedía fuera: mal aparcado, entorpeciendo el tráfico y espoleando el innato mal humor de los conductores de autobuses, había un camión con una cuba metálica. Tres chicos y una señora daban viajes, estorbándose unas veces, ayudándose las más, transportando cosas desde una casapuerta cercana hasta la cuba: muebles, electrodomésticos,... todo lo iban tirando dentro sin el mínimo cuidado, haciendo de cosas que posiblemente habían servido hasta ayer mismo un enorme montón de basura y chatarra.
Nadie en la cafetería hizo ningún comentario, todos atentos a cada ida y venida, pero seguro que cada uno de nosotros hizo conjeturas sobre el qué lleva a alguien a deshacerse de esas cosas, tantas por otra parte, de esa forma. Confieso que también me abstraje en la idea de ser yo la persona que hacía esa mudanza hacia la nada, y el motivo que más me seducía era el de convertir mi casa en un tonel de Diógenes totalmente diáfano como la forma más extrema del desapego, como la forma más completa de renacimiento... Lástima que no se puedan tirar en una cuba todos los tiestos rotos que pueblan alguna que otra cabeza...
pensado por ana at 2:43 p. m.

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