ampharou
martes, agosto 23, 2005
Espejos.
Hay gente que colecciona las cosas más extrañas. Germán Coppini, sin ir más lejos, coleccionaba moscas. Y ese afán por reunir objetos alcanza su máxima expresión en cuanto llega el mes de septiembre y toda su avalancha de fascículos con las cosas más impredecibles. Yo lo tengo un poco más fácil. Yo colecciono reflejos. Pero no cualquier reflejo. Sólo el mío. Eso sí, los atesoro todos ellos e independientemente de donde se produzcan: desde un espejo hasta el bruñido bronce de un pasamanos. Pero no creáis que hago esta colección por vanidad. Si busco mi reflejo no es para comprobar que mi aspecto es impecable. Ni siquiera me ordeno el pelo o me estiro la chaqueta cuando me miro de soslayo en un escaparate. No retoco mi maquillaje en el reverso de una cucharilla ni me guiño aprobándome en el retrovisor del taxi que me lleva a casa. Tan solo acuño esas imágenes para asegurarme de que, pese a todo, sigo ahí.
2 Comments:
bueno!!!!!
Vaya, he leído los últimos posts y este me ha encantado. Hay puntos de vista y porqués que resultan fascinantes. Y éste me ha encantado.
Nunca me he preocupado por comprobar que, en efecto, sigo ahí. Quizás debería empezar a hacerlo.
Un saludo
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