ampharou

jueves, noviembre 17, 2005

Clases de anatomia: pies.

Dos pulseras y dos anillos. Delgados, huesudos. Ni demasiado grandes ni demasiado pequeños. Convenientemente cuidados y aceitados. Uñas perfecta y permanentemente acicaladas con un tenue tono porcelana, tanto en invierno como en verano.
Preferiblemente descalzos, casi siempre descalzos. Cuando no es posible o cuando las inclemencias del tiempo lo impiden, sandalias con las tiras justas y necesarias para abrazarse a ellos, zapatos de todos los colores, tacones imposibles.
Su único vicio reconocido, hundirse en la arena húmeda en las noches de verano.
Pisando fuerte.
pensado por ana at 1:46 a. m.

4 Comments:

¿Quién no quiere hundirse en las noches de verano? Hundiser en paraisos

17 noviembre, 2005 08:13  

UHMMM !!! y...
¿cómo huelen?
¿cómo saben?
¿y qué tacto tienen?
¿suaves?
¿son de confianza?
¿te responden cuando hacen falta?
¿te llevan a dónde quieres ir?
descalza?... aún no has encontrado tus zapatitos rojos mágicos ??.

PD: ADORABLE no paso la entrevista. Falta de experiencia.

17 noviembre, 2005 19:10  

Lo del olor me lo ha pisado Mizerable. Lo del sabor... lo del sabor no se me hubiera ocurrido nunca, mira tú por donde.

17 noviembre, 2005 23:33  

Hijo, para hundirse en esos paraísos, son mejor cuatro pies que dos...
Mizerable, los pies huelen a pies bien cuidados... a lo que saben no lo sé, pero hasta ahora no he tenido queja. Y sí, parece que ahora me van llevando donde quiero estar. No me van haciendo falta los zapatitos rojos ;)
Malatesta, recomendación: aprende a qué saben unos pies. Te estarán agradecidos.
Besos.

21 noviembre, 2005 01:22  

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