ampharou

miércoles, julio 19, 2006

Son de amores.


Raro en mí, llegué a la parada mucho tiempo antes de la hora prevista para la salida del autobús. Una simple marquesina, sin asientos suficientes para todos los que allí estaban y que serían mis compañeros de viaje. Maletas amontonadas, bolsos, cada vez iba llegando más gente, mientras que los que estábamos, buscábamos cualquier resquicio de sombra donde ocultarnos de aquel sol inclemente ya a hora tan temprana, o un trocito de pared que nos diera un respiro de ese viento que se hace el fuerte en esa esquina de la ciudad.

Unos esperábamos con impaciencia el autobús. Yo, con un pellizco en el estómago que intentaba deshilvanar haciendo la lista mental de lo que había metido en la maleta, tratando así de exorcizar la eterna sensación de «me he dejado algo». Otros, miraban continuamente el reloj, como queriéndolo fundir para que no avanzara esa jodida manecilla. ¡Cómo se nota quiénes van y quiénes vienen! ¡Cómo se diferencian los que van a encontrar de los que dejan atrás!

Había también, esperando aquel bus, un grupo de chicos y chicas que me hizo pensar que ese viaje se iba a parecer mucho a las excursiones de la egebé, cuando las salesianas, cualquier día de primavera, con la excusa del buen tiempo nos llevaban a retozar a Campano.

Llegada del primer autobús. Risas, gritos, nervios, arrastrar las maletas. Resulta que sólo se van los chicos. Las chicas han acudido a despedir a los que, seguramente, han sido compañeros suyos durante los últimos días en algún campamento. Más risas, más nervios, besos de despedida, promesas de llamadas, de volverse a ver. Conéctate al messenger cada vez que puedas, dame un toque para saber que estás. Y entre toda esa algarabía, ellos dos. Ambos en esa edad en la que las niñas dejan de ser niñas y a los niños les falta un poquito así para ser muchachos. Ella espigada, morena de horas de sol. El, apenas llegaba a mirar por encima de su hombro, pero la abrazaba intentando consolar su llanto sin consuelo, tragando, con cada palabra apenas dicha, cada una de sus propias lágrimas. No había nadie más, solo el uno para el otro.

Besos de ortodoncia, última llamada. Se separan intentando apurar el roce de sus dedos. Las amigas, ahora sí, la rodean intentando recomponer el ajado maquillaje adolescente. El pone el pie en el primer escalón de ese maldito autobús, pero, aún a sabiendas de que se ganará la reprimenda del conductor, corre de nuevo a abrazar a su amada, el amor de su vida, de una vida de apenas catorce años. En la mente de los dos, el deseo de un milagro que permita que él se quede. Pero no llega y el autobús parte, llevándoselo lejos, quizá hasta el próximo verano.

pensado por ana at 10:56 p. m.

12 Comments:

Cómo se añora esos momentos, en los que a pesar de toda la pena, eres la mas feliz del mundo, de tu mundo de sueños.

20 julio, 2006 08:20  

Esos momentos, que les parecieron un pequeñísimo instante, quedarán en su recuerdo como una eternidad...

20 julio, 2006 09:01  

Pues hoy me resisto a decirte lo bonito q es y lo bien que escribes.

Hoy simplemente vengo a pedir que publiques un libro, porque quiero saber qué pasó el próximo verano, porqe tienes magia y tienes q explotarla.

He dicho.

20 julio, 2006 12:50  

No sé si estará en tu mano publicar un libro ni si Blogger se merece todo lo que le estás dando pero tu escrito, desde luego, tiene magia, la que me ha llevado lejos, quizá a los veranos de hace muchos años.

20 julio, 2006 12:58  

¡Buaaaaaaa! ¡Snif, snif!
Ana, estoy con xy e ismo: escribes de puta madre. Temerecheunpremio.

20 julio, 2006 14:23  

Pero que bonito! Hacía mucho que no leía algo así. Felicidades, no dejes de escribir que no queremos perdernos tus escritos.

20 julio, 2006 15:48  

Jodidamente arrebatadora escribiendo, aunque luego diga que algún proyecto de funcionario de telégrafos lo hace bien. Dadle caña y obligarla a que se anime, que sabe un rato y se hace de rogar.

20 julio, 2006 15:57  

Me recordaste que alguna vez me toco subir a un autobus como ese.
Precioso.
Besos

20 julio, 2006 16:28  

Ains! los amores adolescentes... Todo pasión... que pena que no vuelvan...

Una pasada el post Ana; para no variar.

Muacks!

21 julio, 2006 09:44  

Eso, y ahora vas tu y lo cascas. Ahora lo leen sus padres y les organizan una quepaqué por tu culpa.
¿No te diste cuenta si estaban por alli los de Verano Azul preparando otra?
No, pa denunciarlos en legitima defensa.

21 julio, 2006 10:24  

Aquí sumo uno

21 julio, 2006 12:23  

Los pequeños instantes de emociones nuevas... que maravilla. Eso queda grabado ahí, en la memoria.

21 julio, 2006 12:49  

Publicar un comentario

<< Home

!-- Begin Webstats4U code -->