ampharou
martes, julio 11, 2006
Calor.
Dónde estaba todo ese aire que había soplado la semana anterior, clamaba delante de la ventana. Había estado gruñendo desde que saltó aquel poniente inclemente. Claro, con una casa orientada al oeste, el viento que venía del mar se colaba por la más mínima rendija, haciendo mucho más fresco de lo apetecible aquel julio. Pero como siempre pasaba en aquella esquina del mundo, el clima cambiaba de un instante al siguiente. El viento había rolado y soplaba ahora de levante. Ni siquiera de sureste, que le trajera una chispa de brisa, aunque fuera de refilón. Es más: ese levante incólume había caído al suelo y esperaba allí, agazapado, a la atolondrada quinceañera estrenando falda o al forastero deseoso de compensar sus gastos vacacionales adentrándose en la playa, sus dominios, donde más gozaba azotando a propios y extraños con mares encrespados de arena.
Allí seguía, esperando una respuesta en forma de suave brisa con olor a sal. Allí estaba, con la piel satinada de su propio sudor, a pesar de la mínima tela que la cubría y a pesar de que la reciente ducha hacía que todavía le resbalara el agua por la melena y espalda abajo. Pero el pelo volvería a secarse, y entonces el calor volvería a ser insoportable. De nada servía aquel té helado. Un pobre consuelo que duraba apenas segundos. De nada valía retener el hielo en la boca y dejar que se derritiera poco a poco. Las pequeñas gotitas saladas seguían perfilando aquellos labios, moteando su cuello, deslizándose por su escote. Otra noche en vela. Otra noche en la que sería imposible permanecer en la cama, tan caliente como en sus más calientes noches. Así que allí permanecería, de pie ante la ventana, aullando a la luna su calor y suplicando la más leve brisa.
10 Comments:
Que bien escribes joía.
Como dice "Paco Valladares", nos contagias esa sensación...de calor.
Bss
En esta zona del mundo, el levante nos trae calor y el poniente fresquito.
Un servidor no tiene muchos problemas para dormir y las noches de mucho calor (como la pasada) acabo despertándome en el suelo ....
Con lo bien que está bañarse de noche en el mar.
Ese pasado imperfecto es más bien un pegajoso presente. Al menos hasta mañana, según los pronósticos.
Ay dios, con estos 42º que tenemos hoy tu post es un pedazo de realidad.
Un abrazo
quizá podría salir. las noches de calor se ven distintas desde fuera, el mundo parece otro, la noche parece día, y ante la confusión nunca sabes que puedes encontrarte...
Ozú como apreta la caló ;).
Además de verdá jamía.... Qué horror!!!!!!
La ducha de esta mañana ha sido con agua caliente a pesar de no estar el calentador encendido. Este calor hace que todo se vuelva espeso y asfixiante. Qué ganas tengo que llegue el invierno.
Por cierto, al fin vas a poder ver mis zapatos lilas.
Un beso.
A que no te lo esperabas? je, je.
Ha sido todo muy rápido. Me he liado es publicar como una loca. Apenas llevo una semana con esto.
Que verdad es que esto engancha y mucho.
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