
El centro del universo. Al menos de este universo de casi un metro setenta que soy yo. Fuente de alimento y de vida una vez. Para algunos, una cicatriz inútil que corona el vientre, un ojo ciego que mira hacia adentro. Para otros, para mí, el resquicio perfecto donde acurrucar un beso, una pequeña sucursal del centro del placer, la medida perfecta para tomar un sorbo de helado de chocolate. El único hueco turbador que es moral enseñar. El comienzo del deleite. El garboso remate que no necesita más adorno.
8 Comments:
Y aunque la gente me diga que no
Sempre estás tu detrás de mi mejorío
Y aunque no sepa ni quien soy
contigo
El mundo en tan redondo como
el piercing de tu ombligo.
(La cabra mecánica)
Besos.
Bien dices, si. TURBADOR !!!!
En lugar de esa imagen tan bonita que has puesto, tendrías que haber sido más generosa y haber colgado una foto de tu ídem. Aunque tal y como lo dices, hubiera sido casi pornografía. ;)
Eso y mucho más.
Malatesta satirón. jeej
Ángel: De piercing nada, como adorno le basta y le sobra con la piel más suave y la forma de nebulosa de Andrómeda.
Picajoso: MÁS!
Malatesta: hasta ahora sólo he colgado cuadros. Quizá para la próxima clase de anatomía ;P
Totito: no le digas eso, hombre, seguro que lo movía un puro interés artístico.
Besazos a todos!!
es un lugar maravilloso donde perderse.
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MÁS !!! MÁS !!!!
Ten compasión de este mendigo,
que perturbado por tu ombligo
te digo,.. te digo..
que mi terapeuta trabajo tiene conmigo.
;-)
FIEBRE! FIEBRE! Quien me iba a decir a mi, que iba a tener calor pensando en una nebulosa...
¿Quien es el tal Beaumont que tanta razón tiene?
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