ampharou
martes, septiembre 13, 2005
Final.
Y un día te paras, y te sientas, y te das cuenta de que ya no tienes nada más que hacer. Y miras por la ventana, como buscando una señal que te diga que no, que aún no está acabado, y lo único que encuentras es una media luna amarilla camino de su propio reposo. Y no quieres creer que estés ahí, en ese final, porque no sabes qué hacer con el resto de un tiempo que aún no ha llegado pero ya te pesa. Y entonces miras hacia atrás, buscando un clavo ardiendo al que poder agarrarte, algún recoveco donde poder meterte, algún desperfecto que poder arreglar. Pero no lo hay. Entonces, todo tú caes a tus pies.
4 Comments:
No se podía haber descrito mejor. He sido espectador de ese proceso. Son los síntomas de la última enfermedad, la mayor de todas. Inodora, incolora, indolora, insípida y silenciosa. El pasado es el único pensamiento. Lo vivido el único tema de conversación. La mirada perdida, aislado del entorno...
Sin que te sirva de consuelo, a partir de ahora comienza una nueva vida. Suerte.
...todo tú caes a tus pies. Pero he aquí que caes en que se te ha olvidado algo, que quedan palabras por poner, que quedan líneas que pensar y escribir. Que quedan personas a las que sorprender.
Que tu epitafio no sea
"...Murio como vivió, sin ganas."
No espero menos de ti.
Lo mismo digo, porque parece que te hace algo de falta.
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