«Si lavo hoy ropa, ¿crees que se podría secar en tres horas?». Me lo preguntaba mi jefe hace un rato. Y juzgar por la risa que le ha dado después, se me han debido salir las cejas por encima del flequillo. «Si donde tiendes hace sol y corre aire, es posible». «Sí, la tiendo en mi azotea». Y ahí es donde ya me ha descolocado del todo. No sé por qué razón, no imagino a algunas personas haciendo según qué cosas. Es como si, al conocerlas realizando una actividad específica, no tuvieran cabida en otras, posiblemente igual de cotidianas. Y claro, cuando por comentarios como éste caigo en la cuenta de que ellos, como yo, tienen vida más allá de la que yo les conozco, me sorprende. Y entonces es cuando la imaginación se dispara y soy capaz de recrear
el escenario con todo lujo de detalles.
Pero, francamente, acarreando un cubo de ropa recién lavada y un montón de pinzas hasta la azotea para tenderla al sol, subiendo a las tres horas para comprobar que sí, que efectivamente se ha secado y recogiéndola de los cordeles para doblarla con sumo cuidado, es la última situación en la que podía haber imaginado a mi jefe... o la penúltima.
2 Comments:
Y planchará?
Y usará guantes para limpiar el cuarto de baño?
y tirará la basura?
y comerá las alitas de pollo con las manos?
y pasará la aspiradora?
y que más da!!! No te fies, eso lo enseñan en los cursos para ser jefe y/o mando intermedio. Es una forma de acercarse y ganarse la confianza de los subordinad@s. CUIDAO !!!! Parece persona, pero no es, es JEFE.
la bandera de mi casa es la ropa tendia....
Eso que escriber es como pensar en la persona amada realizando cosas escatológica.
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