ampharou

lunes, julio 24, 2006

Insomnio.

El tipo no le gustaba nada. Enfundado en aquel traje que parecía prestado a pesar del calor. Demasiado pálido, casi color de ultratumba, y esas sombras lívidas que le enmarcaban los ojos febriles. Parecía desesperado. Además, no traía equipaje, sólo aquella pequeña bolsa de mano.

En todos los años que llevaba empleado en aquella pequeña pensión, jamás había tenido problemas con ningún cliente. Pero siempre hay una primera vez para todo, pensó, poniendo sumo cuidado en anotar todos los datos del documento de identidad de aquel individuo en el registro.

Si me acompaña, le enseñaré su habitación. Lo sintió caminar nervioso a su espalda por el pasillo, y él mismo se iba inquietando a cada momento. El tipo actuaba como el sospechoso de una de esas películas antiguas de gangsters que veía cuando le tocaba el turno de noche.

Aquí es. Habitación sencilla, el aseo es ese. Como me pidió, una habitación interior.

El hombre del traje escudriñaba cada rincón. De pronto, se le paró delante y sacó la cartera. ¿Cuarenta euros, no? ¿Puedo dormir ya?

Se sorprendió. Apenas eran las siete de la tarde. Bueno, puede pagarme mañana. Tiene la habitación hasta mediodía, si quiere quedarse otra noche, avíseme antes, por favor. Y por supuesto, puede hacer lo que quiera, siempre que respete las normas y no moleste a...

Pero el anuncio... aquel periódico lo decía: Pensión Ortega. Duerma por cuarenta euros.

Claro, es lo que cuesta la habitación, todas lo mismo.

¿La habitación? No decía eso el anuncio. Ponía «duerma». Mire, lo tengo por aquí, decía, rebuscándose en todos los bolsillos, cada vez más inquieto.

De acuerdo, dice «duerma», pero comprenda, es una forma de...

¿De hablar? Mire, llevo casi dos semanas sin dormir. Más de dos semanas pasando cada noche en vela, contando cada hora, maldiciendo cada minuto que paso despierto. Oyendo cada grillo, cada gotera. Reconociendo cada ruido, cada ladrido, cada lamento. Cada vez más cansado, más desesperado. Y entonces vi su anuncio. He venido hasta aquí sólo para dormir una noche, un par de horas aunque sea. Por fav...

Perdone. Mire, siento el malentendido. Tiene razón, el anuncio dice «duerma». Y la pensión se complace en ofrecerle sus habitaciones, sus instalaciones, baño completo, sábanas y toallas limpias, productos de higiene... todo en lo que podamos ayudarle. Pero el sueño... el sueño tiene que ponerlo usted.


pensado por ana at 10:35 p. m.

6 Comments:

Ya lo dijo alguién por aquí hace tiempo, una nueva Belén Gopegui.

24 julio, 2006 22:49  

Siempre me sorprendes cada vez que escribes.
Un beso.

25 julio, 2006 21:25  

Tía ¿Cómo lo haces? Me dejas siempre atontá... (un poco más, jijiji)

26 julio, 2006 09:57  

No quiero imaginarme lo que hará este tipo en los buzones al leer "Correos".

26 julio, 2006 13:04  

Parecido a lo que hizo Nicolas Cage en Besos de Vampiro cuando leyó las indicaciones de un desodorante: agitar antes de usar.

26 julio, 2006 21:49  

Y como una es bastante pesada, no dejo de insistir... para cuando editas? :D

Beistos

27 julio, 2006 10:41  

Publicar un comentario

<< Home

!-- Begin Webstats4U code -->