ampharou

sábado, noviembre 18, 2006

Vecinos.








Todo aquel que viva en un piso sabrá lo que es tener vecinos, para lo bueno y para lo malo. De lo bueno ya os hablaré otro día. De lo malo, aún enfadada, lo hago hoy.

Me considero una persona comprensiva y respetuosa. Cuando la señora del piso de arriba tenía hijos pequeños, jamás protesté por las carreras de éstos por los once metros de pasillo que tiene igual que yo, ni por los llantos de los críos en plena madrugada (cosa que mi vecina de abajo sí hizo cuando mi hija probaba sus aptitudes para la carrera desde su andador en las tardes de verano). Cuando la vecina de al lado (pared con pared, dormitorio con dormitorio) era una señora mayor y sola que elegía sus noches para oír la radio en la cama y contarle a alguien por teléfono sus penurias, conversaciones perfectamente audibles desde mi cama, no sé si por la escasez de oído de mi vecina o por la de su interlocutor, tampoco se me ocurrió llamar a su puerta o golpear su pared, mi pared, para llamarle la atención.

Pero las cosas han cambiado. Los hijos de la vecina de arriba son mayores. Uno, incluso practica, con éxito nulo, escalas imposibles de corneta apoyado en el alfeizar de la ventana, como llamando a retreta a sus amigos que juegan en el patio. Ella misma calza tacones que se clavan en mi techo a cualquier hora, del día o de la noche; y cuando tiende su colada, el ruido que hacen las poleas del tendedero asemeja, sobredimensionado, el último canto del pavo el día de nochebuena. Y tampoco he protestado.

Pero la señora del piso de al lado murió, y su casa la ocupó una familia con niñas pequeñas que tienen como principal afición levantarse muy temprano los días de fiesta y saltar en la cama de sus papis muertas de risa hasta que éstos se levantan y les preparan el desayuno. Educada como soy, sólo rezo para que esto ocurra pronto y las niñas lleven sus risas hasta la cocina, en el otro lado de la casa.

Pero me traigo una guerra particular con esta familia. Parece que los demás, yo, tenemos la obligación de soportar sus ruidos, pero ellos no quieren oír ni una mosca que no les pertenezca. Ya me han tocado dos veces a la pared. En pleno día. Por eso, esta mañana, cuando han tenido la deferencia de despertarme a base de reggeaton, viendo que ya no iba a volver a dormirme, me he levantado, he cogido la radio-cd de mi hija y, viendo que les gusta tanto la música, les he puesto, en especial para ellos y bien pegados los altavoces a la pared, y con el volumen a diez, Los cuentos de Hoffmann, de Offenbach. Aquí os dejo una de las partes más suaves, que a más de uno sonará. Eso sí, al salir de la habitación, he tenido que cerrar la puerta, que no era capaz de oír ni lo que pensaba.


La imagen, El grito, de Diego Manuel.


pensado por ana at 3:34 p. m.

10 Comments:

Curioso, hace dos post mencionabas lo mucho que te gustaba atormentar a tus vecinos con los tacones, ¿o esa es mi vecinita de arriba? ;P

19 noviembre, 2006 08:37  

Fuiste muy benevolente, les estuviste culturizando un poco. Yo les hubiera puesto: "Préstame la muñeca hinchable", de los Mohinos: "¡Killou, déjame la muñeca joé!".

19 noviembre, 2006 14:03  

Me acabo d mudar y, de momento, no tengo problemas con los vecinos... toquemos madera. Besitos y ánimo!!!

19 noviembre, 2006 22:47  

Es dificil educar a la gente, muy dificil. Y a los responsables de esas kakas de viviendas o digamos.
Yo te daria un "briconsejo" de muy facil realización al menos en paredes,algo menos en techos.
Aislante. Corcho. Pladur. Sintéticos etc. Si encima puedes pagarlos mejor.
Pero insisto en lo del bricolaje...

19 noviembre, 2006 23:29  

jajajajajajaa...
dime qué vecinos tienes y te diré quién eres...
ana...pobre gente y pobre tú.
Un besote enorme!
laura

20 noviembre, 2006 00:26  

Recuerdo hace unos año cuando vivía en el piso con mis padres, despertarme con el ruído del patinete por toda la casa del vecinito de arriba, o los llantos a las 5 de la madrugada del perrito de abajo.
Más de una vez dí con la escoba en el techo y me puse tacones, y al parecer algo conseguí.A la gente hay que educarla en estos temas porque si no, la vida puede ser un verdadero infierno.
Te comprendo perfectamente.

20 noviembre, 2006 10:26  

¿Por qué la vecina del otro lado de la pared golpea quejándose?

20 noviembre, 2006 12:47  

era la primera vez q me metia en tu blog,y la verdad q es disfrutado mucho con este escrito.
En cuanto a los vecinos yo tendria tb mil y una anecdoctas q contarte ,y la verdad creo q has actuado bastante bien,has pasado de una actitud asertiva y has final has terminado por culturizar al vecno

20 noviembre, 2006 15:10  

Escuchaba antes a mis vecinos hacer guarreridas españolas... ahora han debido poner un saloncito en lo que antes era su cuarto y cada noche les escucho discutir mientras el perro les ladra...

Sinceramente, prefería sus reconciliaciones...

20 noviembre, 2006 21:39  

Francamente, no me gusta una mierda escuchar la vida del vecino y aun asi como los pisos son como son no me queda mas cojones que hacerlo. Supongo que hay que tener un minimo de tolerancia porque me estoy imaginando en que puede acabar todo esto en unos años, demandas y más demandas porque el niño de arriba usa el pasillo como pista de carreras o la televisión se oye más en mi casa que en la de ellos, además tampoco me hace falta que me lo metan a las 2 de la mañana, y si estoy estudiando o leyendo, acaso a alguno no le ha pillado leyendo el periodico y los vecinos venga a meter reggaeton a las 4 de la tarde y venga tocada de huevos. Somos trabajadores en la mayoria y nos gusta tener la casa para descansar del trabajo amen de lo que cuesta pagarla para encima tener que aguantar y sufrir en ella todos los dias, que hay que tener un minimo de tolerancia de acuerdo, yo no le digo a nadie que quite o ponga su tele o su radio o su megaequipo de musica que me la trae floja y tambien me aguanto cuando al niño de arriba le da por emular a carl lewis, sencillamente uno tiene que pensar que esta rodeado de gente y que sus derechos a hacer lo que se le antoje tanto como los de los demas estan algo limitados, pero ya hay leyes a este respecto y se estan aplicando igual que lo de la violencia de genero aunque la cosa va tan despacio que a veces uno tiene ganas de tomarse la justicia por su mano la verdad.

02 diciembre, 2006 20:54  

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