ampharou

martes, diciembre 05, 2006

Hermana.

Siempre había sido mi madre la que, con paciencia infinita, me había levantado cada día para ir al cole, había puesto mi sueño debajo de la almohada para que supiera dónde estaba cada noche, me había vestido y, mientras desayunaba, intentaba coger con un lazo mi pelo rebelde de puro fino y lacio.

Pero aquel día de diciembre de mis seis años era mi hermana mayor la que, más apurada que artera, intentaba espabilarme para no llegar tarde. «¿Mamá?» «Mamá no está. Luego iremos a verla» Supongo que presentí que algo ocurría, pero creo que no pregunté. Al fin y al cabo, a los niños pequeños no se les cuenta nada.

Luego resultó ser por la tarde, después de clase. Mi padre nos llevó en autobús hasta la plaza España, donde estuvimos un rato jugando. Al poco, me cogió de la mano y con mi hermana mayor, fuimos hasta una casa cerca de allí. La casa por dentro parecía un hospital, aunque nunca había pisado uno, y olía de una forma muy extraña. Después de pasillos, escaleras y gente con cara seria, llegamos a una habitación donde, por fin, estaba mi madre. Acostada en una cama. Y algo fallaba. ¿Dónde estaba esa barriga gorda que lucía últimamente y a la que llamábamos hermanito?

De pronto apareció una enfermera con un revoltillo de ropa entre los brazos que soltó con sumo cuidado en la cama de mi madre, mientras ésta me decía «Mira, tu hermanita» «¿Hermanita? ¿No iba a ser un niño e iba a llamarse Santiago?» En esas estaba mi pensamiento cuando vi aparecer entre esa manta a la muñequita más preciosa que había visto nunca. El pelito negro repeinado con su raya al lado y todo, la piel de melocotón y una naricita como un pegotito sonrosado en esa cara pequeña y redonda. Era cinco de diciembre y los reyes magos ese año se me adelantaron un mes y un día.

Hoy también es cinco de diciembre y ya han pasado unos cuantos años. Esa muñequita linda es a su vez la mamá de un precioso bebé que tiene el mismo pegotito sonrosado en su cara pequeña. Este año el cinco de diciembre volverá a ser fiesta, porque volveremos a estar juntos casi toda la familia. Este año, el cinco de diciembre vuelve a ser un adelanto de la navidad.

Felicidades, hermana. Que sean muchos más.

pensado por ana at 7:47 a. m.

10 Comments:

Precisamente hoy se cumplen años de la muerte de Mozart. En año que viene en las efemérides del 5 de Diciembre: Tropecientos aniversario de la muerte de Mozart. Trigesimo segundo aniversario de L'Anxaneta viva Jerez manque pierda. Etc.

Felicidades

05 diciembre, 2006 10:24  

Felicita a tu hermana de mi parte. Que paseis un día fenomenal.
Un abrazo.

05 diciembre, 2006 10:30  

qué bonito! felicita a tu hermanita también de parte de tus amigos bloggeros. Un besote

05 diciembre, 2006 15:14  

que bonito mi hermana no me quiere tanto... :p

05 diciembre, 2006 18:37  

Nadie lo sabe, pero SS.MM. Los Reyes Magos de Oriente, Occidente y Carrefour no dejan de repartir regalos todos los días y a todas las horas para poder llegar a todos los niños, adultos y seniles del mundo... claro que, tanto esfuerzo para que luego los regalos más preciosos se olviden en Agostos o Mayos. Los Reyes son la vida. Y la vida no es Vodafone.
Besos

06 diciembre, 2006 03:58  

gracias guapa!!!!
a mamá no le regales más fotos, y a mí no me regales más historias... k lloro...

06 diciembre, 2006 18:46  

Muuuuushaaaas felicidades....
...lo sé, llego tarde, pero más vale tarde ¿no?

06 diciembre, 2006 22:13  

Y de que manera tan cariñosa lo has contado. Ya le puedes guardar este relato para que se enirgullezca de su tia. TIA, quiero decir.
Felicidades familia

06 diciembre, 2006 22:52  

Claro... y por eso ahora te dice las respuestas!!!! xD

11 diciembre, 2006 09:24  

Ainchhh,.... que bonitooooo!!
Que bello. Se palpa el amor de hermanas, el amor familiar y el calor de los niños que llegan al mundo.
Enhorabuena por tí, por tu familia, por tus sobrinos...

Gracias por enseñarnos esa chimenea que emana tanto calor...

11 diciembre, 2006 13:15  

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