ampharou

miércoles, octubre 12, 2005

Puchero.

Desde que tengo uso de razón, en casa de mis padres el otoño siempre se ha inaugurado con un caldo gallego hipercalórico y supervitaminado. Ahora que los hijos ya somos mayores, además el caldo se ha convertido en la excusa perfecta para reunirnos abuelos, hijos y nietos, comer juntos, charlar, tener interminables sobremesas y digestiones tipo boa constrictor. Este año, con la abuela desplazada en labores humanitarias y puerperales y ante la bajada de las temperaturas y la llegada de las primeras lluvias en su ausencia, no ha habido más remedio que cambiar la costumbre y el menú: pucherito, con todos sus avíos, que ha salido blanquito y ha dejado la casa con un adorable olor a invierno. No es lo mismo, pero estaba delicioso.
pensado por ana at 11:26 p. m.

4 Comments:

Casi que lo estoy oliendo.

13 octubre, 2005 22:38  

que buenas estas costumbres. Ojalá se puedan mantener mucho tiempo! :)

13 octubre, 2005 23:42  

El próximo lo hago en la perola cuartelera... y estáis todos invitados!

14 octubre, 2005 00:04  

El mejor pushero de to Cai.

20 enero, 2006 18:18  

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