ampharou

lunes, diciembre 19, 2005

Oír.


Te oigo y eres tan real como mis propias manos, tan cercano como esta piel que se aferra a ti.
Tu risa, tus cambios de voz, los mimos de tus palabras que me acarician la espalda y se trenzan en mi pelo.
Te oigo y me tienes asida a tus brazos.
Te oigo y te descubro en cada guiño, en cada gesto.
Te oigo y te siento.
Te acercas a mí. Nos sobra el tiempo.
pensado por ana at 9:02 a. m.

5 Comments:

Afortunado debe sentirse el receptor de tan hermosas palabras. Muy afortunado

19 diciembre, 2005 15:21  

Y algunos pensando en el 22 de Diciembre.
No te oigo, pero al leerte los pelillos de punta.

Eso si, la ilustración...fría.

19 diciembre, 2005 19:25  

Pocas carcias más suaves que las de las palabras.
Precioso Ana.

19 diciembre, 2005 20:01  

Perdería la ilegitimidad por pertenecerme la mitad del texto. Y no digo por todo él entero.

20 diciembre, 2005 09:05  

Percepción auditiva en un mundo cada vez más predominantemente visual... La experiencia estética completa ha de ir desde la vista al tacto, pasando por todos los sentidos...

20 diciembre, 2005 11:30  

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