ampharou
lunes, diciembre 19, 2005
Oír.
Tu risa, tus cambios de voz, los mimos de tus palabras que me acarician la espalda y se trenzan en mi pelo.
Te oigo y me tienes asida a tus brazos.
Te oigo y te descubro en cada guiño, en cada gesto.
Te oigo y te siento.
Te acercas a mí. Nos sobra el tiempo.
5 Comments:
Afortunado debe sentirse el receptor de tan hermosas palabras. Muy afortunado
Y algunos pensando en el 22 de Diciembre.
No te oigo, pero al leerte los pelillos de punta.
Eso si, la ilustración...fría.
Pocas carcias más suaves que las de las palabras.
Precioso Ana.
Perdería la ilegitimidad por pertenecerme la mitad del texto. Y no digo por todo él entero.
Percepción auditiva en un mundo cada vez más predominantemente visual... La experiencia estética completa ha de ir desde la vista al tacto, pasando por todos los sentidos...
Publicar un comentario
<< Home