ampharou
miércoles, marzo 29, 2006
Lámpara de lava.
Sobre esa misma mesa de esa misma cafetería, abierto, el libro que ocupaba ahora sus desayunos y sus cortos trayectos en autobús. Lo había empezado con el anhelo de aprehender al menos parte del conocimiento que se encerraba entre esas pastas rojas y ya un tanto gastadas, pero en ese preciso instante, en esa precisa página, las palabras que revelaban la subida a los altares por méritos propios del bardo de Strarford se diluían irremediablemente ante sus ojos al igual que cualquier idea se disolvía en su mente tan al instante de concebirla que pareciera que nunca había existido.
Tenía una vaga consciencia del lugar que ocupaba ahora mismo, pero le habría dado igual que fuera ese o cualquier otro. Se sentía totalmente ajena del sillón que ocupaba, de la mesa que tenía delante, del bullicio de la cafetería en esa hora punta. El tiempo prácticamente se había detenido, se habían detenido los latidos en sus sienes y las risas de los que ocupaban la mesa contigua a la suya llegaban desde algún lugar lejano. La gente entraba y salía, pero todo giraba a su alrededor fluyendo como las gotas caprichosas de una lámpara de lava.
6 Comments:
Mmm...esa sensación ... escapar de todo, hasta de mí...
Precioso , me ha gustado muchísimo :)
Besitos
que bonito!:)
Qué buenos son esos momentos en los que te sientes absorta de todo y de todos, esos segundos que saben a gloria cuando con un chasquido interno vuelves a la realidad...
Un beso.
Sola rodeada de gente... qué sensación más común.
¡¡Cuantas historias te surgen de una cafetería!!! me gustan...
jolie jolie ;-)
Lo que comúnmente se denomina "quedarse colgao". Tú lo expresas más bonito, de cualquier forma.
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