ampharou
jueves, abril 27, 2006
Prímula.
Ya lo decían los Gabinete Caligari, y alguno de vosotros la última vez que os conté un sucedido de la cafetería a la que voy cada mañana. Ya os he relatado varios, y podrían haber sido muchos más si no hubiese resistido la tentación de hacerlo. La verdad es que mis desayunos darían para un blog monotemático, quizá me lo plantee algún día.
Hoy he asistido, parapetada tras mi libro y como si se tratara de un documental de National Geographic en directo, a un ritual de cortejo típico, y no precisamente del urogallo.
Las florecillas nórdicas que acuden a la escuela de español que hay en la misma calle han florecido, y pasean, entre clase y clase, sus otrora níveas humanidades, tostadas ya por el sol de esta Andalucía que tanto les gusta.
Una de ellas, doble perfecta de Scarlett Johanson, arriesgándose a llegar tarde a la primera hora, se apoyaba despreocupada en la barra del bar, fumando con desgana el último cigarrillo antes de entrar a clase.
El camarero, que ya suma varios trienios en su propia crisis de los cuarenta, danzaba dentro de la u que forma la barra, afanándose por mantenerla limpia sobre todo en las cercanías de la chica, quitándonos al resto las tazas casi al tiempo que dábamos el último sorbo para meterlas en fregadero que, casualmente, queda justo en el mismo punto en el que ella estaba sentada. Diligente y atento al más mínimo gesto de la nínfula, recordaba a un Humbert Humbert rendido a los pies de su Lolita que, entre divertida y despreocupada, se dejaba atender y agasajar.
Pero llegó el momento fatídico y sacó su pequeña cartera serigrafiada con algún personaje de dibujos animados. Al tenderle el euro del café, él tomó su mano con auténtica veneración mientras susurraba un «te espero en la pausa».
Lástima que el curso termine en junio.
7 Comments:
Voy a tener que ir un día de estos a esa cafetería. Por su puesto sólo ;)
Vaya, sí que suceden cosas interesantes en tus desayunos! o eso...o que tú consigues que parezca interesante algo que no tendría por qué serlo...
Beaumont, tú no te pareces a Scarlett Johanson , no te molestes en ir .. :P
Besitos
Y tú no estabas en la pausa? QUIERO SABER QUÉ PASOOOOOOOO!!!!!
La primavera. Y es que de ilusión también se vive.
Los homo sapiens, genero hombre, arrastramos con nosotros esa innoble condición de bufón patético en cuanto el nivel de testosterona en sangre toma el control. Se compasiva. Y cuanto menos abultada la billetera, mayor el nivel de dihidro-testosterona, la que aclara pelo de arriba y lo multiplica en las cavidades más insospechadas de nuestra geografía anatómica, mayor patetismo. Yo, mísero de mi, me conformo con mirar a las nínfulas. Bastante maldición de sísifo llevamos a cuestas para redondear la escena dando bricos, babeando y haciendo cabriolas ante la "maciza" de turno (perdón por este último carpetovetónico y grosero término).
¿Porque los camareros siempre se llevan a la chica?
Bonita descripción
Publicar un comentario
<< Home