ampharou

domingo, mayo 07, 2006

Almadraba.

El año pasado, por estas fechas, en mi oficina se organizó una visita a una ‘levantá’ en una almadraba. Para los que no lo sepáis, una almadraba es una especie de caza de atunes. Y digo ‘caza’ y no pesca porque es a lo que más se asemeja la levantá.

Durante la época de almadraba, unos barcos fondeados a unas tres millas de la costa tienden una red entre ellos. Los atunes, en su migración hacia el levante, van quedando atrapados en esta red que, cuando es levantada, arrastra a los peces hacia la superficie, donde los esperan los marineros que, desde los barcos y utilizando una especie de ganchos, van subiéndolos hasta el barco, en cuya cubierta van amontonándose mientras agonizan.

Es un espectáculo violento, donde el mar se tiñe de rojo por la sangre de estos magníficos ejemplares. Es una tarea donde se derrocha adrenalina a raudales: los marineros terminan tirándose al agua, y de pie en el copo y entre la lucha de los atunes por escapar, son capaces de subir a bordo, utilizando sólo el gancho para ello, atunes de más de doscientos kilos en un solo tirón.

El año pasado, cuando propusieron la visita, con la invitación de que lleváramos un acompañante, sólo pude acordarme de una persona: mi padre. A sus 73 años ha pasado más tiempo en alta mar que en tierra firme. El mar, además de ser su oficio, ha sido siempre su pasión. No me lo pensé, y el día previsto para la visita, a pesar de que gustosa me hubiese quedado en la cama, a las ocho de la mañana estábamos los dos en el puerto de Conil, con dos biodraminas cada uno en el estómago y esperando pacientemente a los demás y al barco que debía llevarnos hasta la almadraba. En seguida conectó con todo el mundo. Contaba cómo habían sido sus años en la mar y mis compañeros lo escuchaban igual de embobados que lo escuchaba yo de pequeña cuando llegaba a casa tras una marea. Pronto empezó a dar consejos a todos de en qué lugar ponerse y qué hacer para evitar el mareo. Y allí estaba él, de nuevo en la popa de un barco, con su visera de capitán y la cara de felicidad de un niño con zapatos nuevos.

Al final no hubo levantá. Hacía temporal de poniente y los buzos habían comprobado que había muy pocos atunes en el copo, con lo cual la maniobra no merecía la pena. Volvimos a puerto, y de ahí a casa. Estuve mareada todavía unas cuantas horas, pero el recuerdo de ese día todavía me dura.

Este año están organizando otra levantá...

pensado por ana at 12:06 p. m.

7 Comments:

Ains,qué interesante! No sé como te las apañas para que todo suene interesante.
No sabía lo que era eso de la levantá ni la almadraba, y la verdad es que no sé si sería capaz de soportar algo así, pero por un momento me ha parecido escuchar a tu padre y ver las caras de tus compañeros :)
¿Y este año...?

Besitos

07 mayo, 2006 14:16  

Creo que en mi tierra está prohibida esa pesca. Prohibida o no, ya no se usa. Debe ser espectacular, y muy peligrosa. He visto diagramas y maquetas de cómo construyen el cerco.

08 mayo, 2006 14:26  

Yo kieerooo!!
Yo la he visto en documentales de la 2, y desde la playa. ¿¿Dónde se puede apuntar uno a esas excursiones???

08 mayo, 2006 19:37  

Si contigo además aprendemos un montón!!! no te pierdas esta que seguro que te lo pasas genial

08 mayo, 2006 20:00  

Suena interesante y hasta arriesgado, ahora que está tan de moda el atún de tu zona, no está de más vivir la experiencia.

Un beso.

09 mayo, 2006 13:24  

he estado leyendo tu blog....escribes muy bien..... muakkkkk guapa

09 mayo, 2006 13:49  

Hola, llego a tu blog de casualidad y me ha gustao ver que has escrito sobre la almadraba. Soy de Conil y mi padre trabaja en ella, fui a ver una levantá hace unos tres años y quiero repetir aunque ya no será en este año. Es impresionante, es pa vivirlo, aquel día cogieron ciento y pico.
Espero que hayas podido repetir y que esta vez sí hicieran levantá :o)

11 junio, 2006 21:53  

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