ampharou

viernes, septiembre 22, 2006

Sobre los acantilados de mármol.


Todos vosotros conocéis la profunda melancolía que nos sobrecoge al recordar los tiempos felices. Esos tiempos que se han alejado para no volver más y de los cuales estamos más implacablemente separados que por cualquier distancia. Y las imágenes de la vida son más seductoras todavía vistas en el reflejo que nos dejan, y pensamos en ellas como en el cuerpo de una amada difunta que reposara bajo tierra y que de pronto se nos apareciera, como un luminoso espejismo. Una y otra vez nos entregamos a nuestros sedientos ensueños y tratamos de revivir el pasado, deteniéndonos ante cada uno de sus pormenores y de sus detalles. y cuando tal hacemos nos parece que nunca hemos sabido apurar las posibilidades de la vida y del amor, pero nuestro arrepentimiento no puede hacer emerger lo que en definitiva se ha hundido para siempre en la nada. ¡Ojalá que este sentimiento fuera una lección que pudiéramos tener presente en cada momento de felicidad!

Y el recuerdo es todavía más dulce cuando se refiere a unos años de felicidad que terminaron de una manera súbita, inopinadamente. Únicamente entonces nos percatamos de que para nosotros, los humanos, ya es una suerte vivir en nuestras pequeñas comunidades, bajo un techo apacible, gozando de amables conversaciones y siendo cariñosamente saludados por la mañana y por la noche. Pero, ¡ah!, siempre es demasiado tarde cuando nos percatamos de que con todo ello el cuerno de la abundancia se volcó generosamente sobre nosotros.

Ernst Jünger, Sobre los acantilados de mármol.

pensado por ana at 8:07 a. m.

12 Comments:

Con cierta frecuetncia nos damos cuenta demasiado tarde de lo mucho que podíamos haber disfrutado a veces y no lo supimos aprovechar, y a pesar de todo, ni aún así, aprendemos.

22 septiembre, 2006 09:51  

como decía cierta canción que hablaba de baules, recuerdos y de q cualquier tiempo pasado parecia mejor... cantaba muchas cosas :)

22 septiembre, 2006 12:40  

Añoro ciertas vivencias del pasado, y sobre todo a cierta gente. Pero ahora estoy en la mejor época de mi vida. Ahora toca aprehender y empaparme de este tiempo.

22 septiembre, 2006 13:46  

Al final todo me parece tan efímero...

22 septiembre, 2006 13:55  

Bueeenas...

22 septiembre, 2006 19:00  

Cada vez que nos pones un trocito de libro, apunto el título y lo pongo en la lista de "pendientes"... Y es que eliges tan bien los fragmentos...

Un beso

25 septiembre, 2006 08:47  

Con lo facil que es repartir lo que se tiene; abrazos, manos, ideas, voces, agua, abrigo, saludo, amistad, sonrisa...
Y lo que no se tiene, porque se busca donde no está... ?

25 septiembre, 2006 12:57  

ains... esos dulces recuerdos... esos saludos por la mañana y por la noche... ains... precioso!!
miles de besitos guapa!!

26 septiembre, 2006 00:21  

Lo bueno es vivirlo bien y disfrutarlo, porque nada es eterno...Un bellísimo escrito. Besos

26 septiembre, 2006 18:15  

Pues yo normalmente soy muy consciente cuando estoy feliz. No espero a pasear en los paraísos perdidos.

Pero claro, también tengo mis momentos de nostalgia y algunos bastante agudos para obviarlos, quizás algunos recuerdos me pesan más que otros. Demasiado.

Besetes y recuerdos.

26 septiembre, 2006 23:48  

¿Siempre es demasiado tarde? No siempre, al menos hoy dejándome leer esto has hecho que no sea demasiado tarde :)

Besitos

27 septiembre, 2006 10:09  

Estimada Anita: te invitamos a conocer y presentarle a tus congéneres el blog de nuestra Revista Descontexto (http://descontexto.blogspot.com), si es que llega a ser de tu agrado, claro está. Cariños, un beso y mucha suerte.

27 septiembre, 2006 10:40  

Publicar un comentario

<< Home

!-- Begin Webstats4U code -->