ampharou

jueves, agosto 31, 2006

Siesta.


La luz de la tarde tamizada por las persianas a medio bajar, y como única banda sonora, la que componen los gritos de los chicos que juegan en el patio al balón mezclados con el ronroneo del ventilador y la parsimonia de tu respiración queda.

En la esquina de la cama finge dormir el gato, aunque el movimiento de sus orejas a cada balonazo de los chiquillos delata su vigilia.

Hasta que te has quedado dormido, te he estado trazando dibujos imposibles por toda la piel con las yemas de los dedos. He seguido la línea de tus ojos y la de tus labios, la sombra de tu barba y la curva de tus orejas. Me he deslizado por tu cuello abajo y he cubierto tu espalda de círculos imaginarios. Me he ido enredando sobre tu pecho y he bajado por tus piernas para volver a subir.

Y mientras, te dejabas vencer por el sueño, acunado por la suavidad de mis manos disfrazada de caricias y cosquillas, sin imaginar siquiera que con cada roce se me antoja aprenderte: saber que tu mano es para mi mano. Que mis dedos saben dibujar de memoria la línea de tu hombro y que un beso mío cabe perfectamente en el hueco de tu cuello.

El sol sigue su camino y tú aún duermes. Mientras escribo, te veo reflejado en el espejo de esta habitación azul. Mañana esta cama estará vacía, pero en mis manos será tu huella la que permanezca.

Escrito el sábado 26 de agosto de 2006.

pensado por ana at 8:05 p. m. 16 han dicho

lunes, agosto 28, 2006

El fin de las vacaciones.


Yo te maldigo, condenado hijo de perra, a ti y a todos los de tu ralea, los fines de fiesta, la operación regreso y la depresión post vacacional. Yo te maldigo, por el equipaje que no cabe en la misma maleta de hace tres semanas. Te maldigo, por llegar cuando menos te necesitaba, a ti y a ese avión de vuelta a casa, por los que se van y por los que nos quedamos, por los que nos marchamos y por los que permanecen. Por las despedidas y las lágrimas aunque los adioses sean hasta luegos. Te maldigo por la obligación que traes de volver a la detestable sección áurea de los días en cinco y dos, cuando el canon se encuentra en la unidad de siete iguales por ser distintos.

Te maldigo a ti y a todo lo que significas, al castigo del despertador y a la merma de las horas de luz, a la vuelta al cole y la cuesta de septiembre, a los fascículos, a los escaparates vestidos de invierno, al comienzo de la rutina y a la imperecedera calma otoñal.

Yo te maldigo por siempre jamás. O al menos, hasta las vacaciones de navidad.

pensado por ana at 12:45 p. m. 19 han dicho

domingo, agosto 27, 2006

Hoy.


Estúpido domingo.

pensado por ana at 11:13 a. m. 7 han dicho

jueves, agosto 24, 2006

Las olas.


La vida, quizás, no se presta a las manipulaciones a las que la sometemos cuando intentamos contarla.

Las olas, Virginia Woolf.
Ilustración: Robert Klein-Boonschate.


pensado por ana at 9:38 a. m. 8 han dicho

martes, agosto 15, 2006

De vuelta.

Ya estoy de vuelta. Después de una semana que ha resultado demasiado corta a pesar de tener más de siete días. Es lo que pasa cuando sales de viaje y lo pasas tan bien que no recuerdas que tienes que volver salvo justo a tiempo para preparar el equipaje y no perder el vuelo. Pero ya estoy aquí. Viaje de placer y viaje de instrucción, porque han sido muchas las cosas que he aprendido.

He aprendido que el levante, además del calor de la tierra que barre y el olor a tabaco, puede traer el frescor del mar en los medios días de agosto.

He comprobado, en noches de terraza, buen vino y mejor charla, que la luna llena no sólo nace esplendorosa en mi bahía, sino que también lo hace en el mediterráneo, desde donde se levanta coqueta, dejando una alfombra de luz sobre el mar.

He aprendido también que hay cielos donde las estrellas se multiplican y hacen de cada noche una fiesta de luminarias, estrellas itinerantes con destino o procedencia en el Prat.

Pero sobre todo he aprendido que no hace falta estar en casa para sentirte en ella. Porque hay gente que te abre la puerta de su casa y la de su corazón al mismo tiempo. No estaban todos los que eran, pero, desde luego, eran todos los que estaban.

Ya estoy en Cádiz. La maleta, repleta de buenos recuerdos. De la mano, un trocito de esa tierra y mucho más.

Y sigo de vacaciones.


pensado por ana at 2:13 a. m. 14 han dicho

viernes, agosto 04, 2006

Hoy sí.

Hoy sí. Hoy es el día cierto. Empiezo las vacaciones de todo menos de lo que no quiero tenerlas. Por eso me voy a su pueblo, a decir que me han robao... un corazón. Por eso me voy con ella. Por eso también pienso darme un buen baño de familia. Por eso, allá donde voy y acá cuando vuelva, prometo que os seguiré leyendo. Escribir, si mis múltiples placeres de vacaciones me lo permiten. Si no, en septiembre, con el nuevo curso y los nuevos fascículos, prometo ponerme al día.

Besos a ellos. Besos a ellas.

Sed felices.


pensado por ana at 7:13 a. m. 13 han dicho

miércoles, agosto 02, 2006

Ampharou.


¿Quieres que te cuente?

Cambié las agujas de mi vida hace apenas cuatro estaciones, mientras deambulaba errando oblicuamente por todos los lados de unos días que más que horas contenían condenas. Mi caminar había dejado de ser un viaje de príncipe para acabar pareciéndose a la travesía de un buque fantasma, ahíta de obligaciones, de rutinas marcadas por autoimposiciones: a las diez en casa, nada de cafecitos. Nada de volver a hacer caso a misioneros impostores, a cantos de sirenas ni a picajosos, y mucho menos a aquellos malhablados que juran y perjuran por sus huevos sin saber que tan sólo de palabra no funciona.

Ya sé que casi nunca hago lo que digo, y sin embargo esta vez sí, conseguí convencerme a mí misma. Así que dejé de anhelar lo incierto y decidí acogerme a sagrado y hacerle caso al carpe diam y al memento mori. Pasé de ser una chica del montón que se asomaba tímida al espejo de una Eva primigenia a buscar sueños en la luna, las lunas, las de Miranda y Artemisa, poniéndole título a un blog en el que debía explorar mi ego y mi alter y que sería guarida para mi mala cabeza. Con mis mejores deseos creé esta especie de habitación de duende que adorné con flores, caracolas y hojas de nácar, y con todas las cosas preciosas que fui encontrando por este nuevo caminar. Y dejé de sentirme como un niño perdido porque, como ocurre en los cuentos de hadas, aquí supo encontrarme el cero coma cinco que me faltaba para ser una.

Namasté a todos. Vosotros sois los dueños de la llave de cristal de este sitio desde donde me asomo, como a través de un caleidoscopio, a este mundo de unos y ceros.
pensado por ana at 1:46 p. m. 13 han dicho

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