ampharou
viernes, julio 27, 2007
Música.
Tampoco tengo, al menos conscientemente, ningún recuerdo especial asociado a esta composición. No me pasa con ella lo que puede sucederme con algunas músicas, que me evocan personas, lugares o algún momento determinado de mi historia. No me trae a la memoria palabras dichas o que quedasen por decir, y ni siquiera recuerdo cuándo fue la primera vez que la escuche.
Entonces, ¿alguien podría decirme por qué, invariablemente, cada vez que oigo esta pieza, se me hace un nudo en la garganta que me sube hasta los ojos donde termina por convertirse en lágrimas?
martes, julio 24, 2007
F. 1 (o F. A.)
domingo, julio 22, 2007
¡¡Horror!!
¡Se me ha llenado la casa de adolescentes! Bueno, en realidad sólo son dos, la mía propia y una amiga que ha venido a pasar una semana con ella, pero de verdad que parece que hubiera por lo menos treinta.
Así que voy a estar toda la semana sumergida en un mundo de música horrorosa y video clips repetidos hasta la saciedad, oyendo grititos indescifrables cada vez que aparece en la pantalla algo que les gusta, peleas sobre si Rossi o Pedrosa ganarán el mundial, charlas en clave, sesiones de maquillaje hasta llegar a la apariencia de un oso panda, pases de modelo interminables antes de salir, viendo cómo se alimentan casi exclusivamente de Coca-cola, pantalones rotos y zapatillas raídas...
En fin, que me estoy riendo mucho con ellas, pero... alguien sería tan amable de darme asilo político hasta el viernes?????
martes, julio 17, 2007
Confirmado.
Doce y media de la mañana. Revisión anual en traumatología. Aparece la enfermera en la puerta y me llama. Entro en la consulta. Un médico joven se pone de pie y me tiende la mano mientras dice: «Buenos días, señorita Ampharou». ¡¡Señorita!! ¡Me ha llamado señorita! Claro está que habiendo visto lo que le aguardaba en la sala de espera, al pobre hombre, cualquier ente menor de sesenta años le debe parecer un guayabo.
Me pregunta cómo me encuentro mientras le tiendo el sobre de mis radiografías. Lo abre, las saca y las expone en el cuadrito de luz que tiene a su espalda. Me va contando lo que va viendo, aunque lo que yo veo son mis intimidades más íntimas y lo que oigo no pasa de un «ipoedigoe kdopl ñoe akñeñkjdcjio dipemigou jañkejio». Se sienta y me traduce.
Confirmado.
Estoy buenísima.
miércoles, julio 11, 2007
Antonio y Cleopatra.
Cleopatra. Pondré un hito hasta donde soy amada.
Antonio. Entonces necesitas encontrar más cielo, más tierra.
viernes, julio 06, 2007
Fashion.
Perfecto bronceado. Corte de pelo impecable, primorosamente mantenido cada cabello en su sitio a base de gomina extrabrillo, de esa que no apelmaza y da aspecto natural. Gafas de sol Prada, camisa Burberry perfectamente conjuntada con los denims (porque los vaqueros de toda la vida ya sólo los usamos los pobres) Dolce & Gabbana envejecidos. Se acompaña de una rubia de peluquería a la que las manos le delatan la edad que esconden sus liftings faciales, tan delgada como Victoria y sin desentonar con los tremendos tacones de aguja que soporta más que lleva.
Son guapos y perfectos. Pero el calor no entiende de perfección ni de etiquetas, por eso no duelen prendas cuando, en un vagón atestado de cercanías, el caballero opta por descalzarse sus Gucci de verano, quitarse sus calcetines de hilo Lacoste y doblarlos pulcramente antes de meterlos en su Louis Vuitton.
martes, julio 03, 2007
Examen.
Me voy a Madrid. Mañana estaré de vuelta. Dieciséis horas de viaje para un examen de cuarenta minutos que llevo diez años esperando poder hacer. Casi ochocientas personas para cien plazas.
Si apruebo, seguiré trabajando exactamente igual que hasta ahora, quizá en otro sitio. Si no apruebo, seguiré trabajando exactamente igual que hasta ahora, en el mismo sitio.
No gano ni pierdo nada. Sólo es cuestión de orgullo.
Actualización después del examen.
Bueno, ya está hecho. Ya os contaré cuando salgan las listas.
Impresiones: no muchas, no sé el nivel de absentismo al estar divididos en turnos de aulas y horas. El examen, pues he hecho cosas mejores en mi vida. Además, un poco desmoralizada, porque por los mentideros de la oposición corría el bulo de que nadie ha aprobado el examen a la primera.
La mayoría de los asistentes eran éramos eran señoras de una cierta edad, lo cual puede significar dos cosas a la hora de hacer conjeturas sobre los resultados, a saber: o que son todas perras viejas en la administración y se las saben todas, o que (como muchas que conozco) viven ancladas en la era de la máquina de escribir y eso de sacar tres copias sin usar papel de calco sólo puede ser cosa del diablo.
Pero ya sabéis. Nunca, nunca hay que subestimar al adversario.